El mundo cambió de tamaño, y sin tocarnos, nos agarramos las manos
- Viviana Tapia
- 21 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 mar 2020
Traigo el corazón tan apachurrado y me imagino que tú también. Tanta información, tantas opiniones, las noticias, el encierro nos demuestra lo vulnerables que podemos llegar a ser. Dejemos que todo esto nos recuerde que al final, todos tenemos esta vulnerabilidad en común, y es algo increíble. En estos momentos es cuando debe resaltar nuestra humanidad y empatía.
Creo que todo esto nos regresa a todos, incluyendo al planeta, a sanar. Estos tiempos nos están obligando a reflexionar, y todo lo que trabajes en ti en estas épocas, nos van a beneficiar a todos los que nos rodean. ¿Cuándo en la historia te imaginaste que iba a haber una crisis de esta magnitud? Tal vez, por primera vez TODOS estamos en el mismo tema, con la misma incertidumbre y con los mismos miedos.

Después de todo, siempre los cambios forzados se sienten como si nos quitaran el piso en el que estábamos muy bien parados. En tan solo unos días, adiós certeza, adiós privilegio; este miedo nos está pegando a todos.
Hay que aprovechar este tiempo para reflexionar sobre lo que de verdad es importante; por ejemplo, el planeta, las catástrofes naturales, la deforestación y bueno, por qué no, reflexionar sobre lo que nos está sucediendo ahora mismo. Pensemos que queremos cambiar, y que deseamos que todo vuelva a la normalidad.
¿Qué cosas de tu vida cotidiana ahora aprecias mucho más, porque ahora estás privado de hacer? Ahora cuando te encuentras en el encierro, la desesperación se apodera de ti, los pensamientos negativos recurrentes, son más fuertes que tu esperanza. ¡Qué tu fe disuelva el miedo!
Confía que tienes la habilidad de mantener la calma.
Recuerda que tienes la decisión de consumir noticias inteligentemente, sin saturarte.
Aprovecha para hacer las cosas que normalmente no tienes tiempo de hacer.
Disfruta del descanso obligatorio; comparte con tu familia.
Conecta con tu gente de diferentes maneras.
Escucha exclusivamente música y conversaciones relajantes o que te pongan de buen humor.
Y, por último, respira profundo, hay tanto poder en tu Nariz.
Por lo tanto, vivas donde vivas, AGRADECE cada persona y situación que ha venido a presionar tus botones, porque seguramente te ha enseñado en dónde están tus límites. Esto es personal. No dejes que nadie te diga como te debes sentir, tue eres tú propio compás, aprende a leerlo.
Hoy no soy paz, hoy soy guerra. Y ya quiero ver lo fuertes que nos volveremos cuando todo esto termine. Después de todo, nos volveremos a abrazar y a besar con mucha más euforia, podremos salir sin miedo, podremos saludar a la gente que transita por la calle, volveremos a nuestras pláticas, lo mejor es que volveremos a nuestra esencia.
Concéntrate un ratito, disfruta este momento.
¡Qué la vida y la esperanza nos abrace fuerte!
Comments