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¿Has notado que estas comiendo más de lo habitual?

¿Por qué comemos tanto cuando nos sentimos ansiosos?



¡Hola!

Estoy muy feliz de que te encuentres por aquí. Recientemente he escuchado mucho un tema sobre la alimentación emocional ¿Por qué comemos tanto cuando nos sentimos ansiosos?; ¿La ansiedad u otros estados de ánimo influyen directamente en la ingesta de alimentos?, ¿Qué sucede cuando comemos demasiado o más de lo habitual? Estas son muchas de las interrogantes que nos hacemos cuando vemos que esta conducta está afectando nuestra calidad de vida.

Estuve leyendo mucho acerca de este tema, porque también me ha pasado y creo que a muchos de ustedes también. Amigos, no es malo sentirse ansioso “todos los seres humanos hemos sentido ansiedad en algún momento de la vida”. La Psicóloga Clínica Martínez, menciona que la ansiedad catalogada como una enfermedad supera los límites normales, y es ahí cuando la ansiedad comienza a ser un problema. Y, una de las tantas consecuencias que tiene la ansiedad sobre la salud está relacionada con problemas en los hábitos de alimentación. Sabemos de antemano, que la ansiedad es una respuesta innata del organismo.

La ansiedad es la señal de alarma que nos anuncia que estamos en peligro; sin embargo, el problema radica cuando esta alarma se activa sin que sea necesario, evidentemente cuando tenemos ganas de comer. Entonces, ¿Qué es comer por ansiedad? Mis amigos, cuando nuestras costumbres y conductas relacionadas con la alimentación están condicionadas por nuestro estado de ánimo, en este caso un estado de ánimo ansioso, podemos hablar de ALIMENTACIÓN EMOCIONAL. No obstante, estas rutinas también pueden verse afectadas por otros humores, como la tristeza. En estos casos, la persona no come porque tenga hambre o sienta una necesidad física, sino que lo hace para saciar las necesidades emocionales.



Sé que a muchos nos ha pasado, no siempre somos conscientes de ello, es muy probable que en aquellos días que nos resulten estresantes o angustiosos acabemos por consumir comidas poco saludables, pero que nos hacen “sentir bien”. Amigos, todos sabemos que la comida nos ofrece grandes soluciones para ajustarnos y proveernos de la energía necesaria para el día; asimismo, actúa como un gran reforzador primario, calma y complace; además, que al momento de ingerir alimentos puede ayudar a modificar el foco de pensamiento, dejando de un lado otros temas que nos pueden hacer sentir ansiosos, preocupados o tristes. Comer en exceso puede generarnos a largo plazo muchas enfermedades como: colesterol elevado, sobrepeso, entre otros problemas físicos y mentales.


Por ello, la mayor parte de personas acuden a un médico con el fin de solucionar este desajuste en la alimentación. En realidad, muchas personas por desconocimiento pueden comer, y comer, pero sin saber que puede relacionarse con problemas ansiosos. Pero ¿Por qué no nos atrevemos a acudir a un médico de salud mental? Si comemos por ansiedad evidentemente, esta conducta está asociada con la salud mental.

Una de las causas principales de por qué comemos más de lo normal cuando nos sentimos ansiosos, es porque muchos vemos o veíamos a la comida como exclusiva fuente de placer. Sabemos que degustar de una buena comida es un placer nada despreciable; sin embargo, cuando solo encontramos bienestar a través de ella, convirtiéndola en la responsable de nuestra satisfacción, nos encontramos en un grave problema.


Por ello, me he tomado el grato trabajo de preguntar a algunos de mis maestros en la Universidad, acerca de este tema que afecta a la gran parte de la población. ¿Cómo diferenciar el hambre normal, del hambre emocional?

Ahora bien, amigos, la necesidad de comer causada por la ansiedad, o el hambre emocional, tiende a aparecer de manera repentina y con una intensidad elevada, que en la mayoría de las ocasiones es muy difícil resistirse a ella y diferenciarla de un ataque de hambre físico habitual. No obstante, existen algunas señales que nos pueden ayudar a identificar si esta hambre es real o provocada por un estado de ánimo.

1. Aparece de manera imprevista y repentina.

2. Esta no se origina en el estómago, sino que nuestra mente genera una serie de imágenes mentales y representaciones de la comida, su sabor, su textura, etc.

3. Comemos de manera automática, sin ser conscientes del tiempo ni de las cantidades.

4. Suelen apetecer un tipo de alimentos o comidas en concreto, casi siempre son comidas con altas cantidades de grasa o conocidas también como comida chatarra.

5. A pesar de comer en grandes cantidades, no nos sentimos saciados.

6. Por último, después de comer aparecen sentimientos de culpa, arrepentimiento o vergüenza.


Amigos,todos sabemos que controlar el hambre provocada por la ansiedad no es una tarea fácil. Ya que tanto el hambre como las emociones y los sentimientos no son siempre fáciles de controlar, pero con la ayuda de estos consejos, pueden ayudarnos a salvaguardar nuestra salud física y mental.

1. Si tienes problemas de ansiedad y comes desmesuradamente o de manera compulsiva, es recomendable solicitar ayuda de un profesional de salud mental; el mismo que, nos ayudará a manejar y a disminuir los síntomas ansiosos, y, por lo tanto, la necesidad de comer.

2. Seguramente la necesidad de comer viene desatada por algún suceso que ha afectado tu nivel emocional, ya sea por estrés laboral, una mala noticia o un mal encuentro o incluso por cambios hormonales propios del ciclo menstrual. Por ello, es importante que identifique las situaciones o momentos en los que aparece el hambre. Si eres capaz de detectar los momentos exactos en los que esta sensación de “hambre” aparece, será mucho más fácil elaborar estrategias que ayuden a evitar la compulsión de comer.

3. Aprender a controlar las emociones, es importante debido a que, es esencial no reprimir y guardar las emociones negativas, sino percibirlas como señales internas de que hay algo en nuestra vida que debemos cambiar o mejorar. Una buena gestión emocional, permitirá encontrar una salida satisfactoria a sus emociones, disminuyendo significativamente los niveles de angustia y tensión; y por lo tanto la necesidad de comer.

4. Realizar ejercicios físicos y de relajación le ayudarán a disminuir la tensión y a calmar su estado de ánimo.

5. No dormir las suficientes horas de sueño, también tienen un efecto directo sobre el organismo, aumentando los niveles de hambre.

6. Aumentar el consumo de agua diario le ayudará a mantener la sensación de hambre a raya. Beber agua, puede disminuir temporalmente la intensa sensación de hambre por ansiedad.

7. Intentar distraer la mente en aquellos momentos en los que el hambre por ansiedad aparece puede ser una buena estrategia de afrontamiento. Mantener la mente ocupada o desviar la atención con actividades como la lectura, hablar con alguien o realizar alguna actividad placentera pueden ser de gran ayuda.


¿SABÍAS QUE?

En la actualidad por las altas tasas de incidencia sobre este tipo de problemáticas; existe un corriente que está teniendo cada vez más aceptación y en la que el trabajo del psicólogo clínico es sumamente importante es la PSICOLOGÍA DE LA ALIMENTACIÓN. Y es que nuestra mente y nuestro cuerpo están muy relacionados, y por eso la ansiedad por la comida puede entenderse desde esta disciplina. Esta rama de la psicología abarca temas tan interesantes como: ¿Qué alimentos afectan nuestro estado de ánimo?, entre otros temas que pueden ser de su interés.


Tips

1. Piensa en la razón: antes de comer piensa si realmente tienes hambre o se trata de algún asunto emocional. Después de haber encontrado la respuesta podemos comer sabiendo que, cuando comamos ya no nos sentiremos mal.

2. Distingamos si las ganas de comer están relacionadas con hambre emocional o física: Especialistas sugieren que debe satisfacer el hambre real, no aquella que se produce cuando esta triste; así aprenderá a ser disciplinado y controlar la ingesta de alimentos innecesarios.

3. Lo que ves vs cuánto comes: para mejorar tu relación con la comida, es importante que aprendamos a comer la cantidad justa de alimentos que nuestro cuerpo necesita, para poder mantenernos saludables y al mismo tiempo disfrutar de la comida.

4. Si tienes ansiedad y te provoca comer, consuma alimentos que puedan ayudarle a disminuir su estado ansioso. Alimentos ricos en magnesio y vitaminas, pueden ser beneficiosos para tratar la ansiedad. Los mismos, proporcionan vitaminas y nutrientes que calman la mente y el cuerpo mientras aumentan la energía y estabilizan nuestro estado de ánimo.

Estas son pequeñas metas que te ayudarán a sentirse mejor y a estar más sano por dentro y por fuera. No pierdas más tiempo y manos a la obra. ¡Tú puedes!


Espero que estos tips les sirvan mucho. ¡Les escribo pronto!

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